La administración del presidente Donald Trump oficializó este viernes el cierre de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Parte de sus funciones serán trasladadas al Departamento de Estado, mientras que otras desaparecerán si no se alinean con las políticas actuales.
Los empleados de la agencia fueron notificados sobre la eliminación de sus cargos a partir de julio. Tammy Bruce, portavoz del Departamento de Estado, informó que los cambios no afectarán la capacidad de respuesta ante desastres, aunque no precisó cuántos funcionarios serían despedidos.
Por su parte, el secretario de Estado, Marco Rubio, defendió la reestructuración asegurando que los programas esenciales internacionales continuarán enfocados en los intereses estratégicos de Estados Unidos.