El informe anual sobre derechos humanos del Departamento de Estado estadounidense correspondiente a 2024 concluyó que “no hubo informes creíbles de abusos significativos” en El Salvador durante el último año.
El documento destacó que la violencia de pandillas se mantuvo en “un nivel históricamente bajo” con el Régimen de Excepción implementado por el Presidente Nayib Bukele, atribuyendo esta reducción a los arrestos masivos que han limitado la actividad criminal. Esta evaluación contrasta con informes previos, como el de 2023 bajo la administración Biden, que señalaban casos de tortura y condiciones penitenciarias críticas.
La publicación del informe refleja el alineamiento estratégico de Washington con gobiernos aliados. El giro en la narrativa sobre El Salvador coincide con la estrecha relación entre el mandatario Donald Trump y el Presidente Nayib Bukele.