Mario Cabrera
La crisis del sistema de partidos políticos, conlleva a una crisis de la situación política en El Salvador. De no corregir su rumbo, se corre el riesgo de llevarlo a la deriva, ya que mediáticamente se trae consigo una crisis fiscal, se cae en impago, que es sinónimo de ingobernabilidad, malversación de los fondos del Estado, de los fondos del salario de empleados públicos, del pago a los proveedores, del pago a la deuda externa, de los bonos. Se saquea, se abusa, se estafa y se malversa el dinero, que es propiedad privada y exclusiva de cotizantes y pensionados, tanto del Instituto de Previsión Social de la Fuerza Armada (IPSFA), como del sistema de ahorros de las pensiones. Haciendo caer al país en incapacidad de ser sujeto de crédito, tanto a nivel nacional como internacional.
La economía empeora, hay crisis en la producción, se aumentan los precios de los productos de primera necesidad, las cuotas del agua, las cuotas de pago del servicio a la telefonía y el cable de televisión, así como el aumento a las tarifas de energía eléctrica y por si no basta se aumenta la corrupción y se aumentan los temores de la inversión en todos los niveles y se mantiene la escalada de violencia, que agudiza la seguridad pública. Situación que lleva al país, al borde de un estado fallido, sin brújula, sin bitácora de vuelo y sin un destino definido.
La crisis en el sistema de los partidos políticos se caracteriza por peleas y disputas carentes de madurez, de voluntad y de responsabilidad política, ignorando que el poder formal administrativo del Estado está conformado por los órganos Legislativo, Ejecutivo, Judicial y las instituciones del ministerio público, por lo que cada uno de los partidos tiene su cuota de responsabilidad para gobernar. Esta crisis no conduce al camino idóneo de las transformaciones necesarias, porque la implementación de métodos antidemocráticos tales como el nepotismo, el pragmatismo, el sectarismo, el dogmatismo, el revisionismo, la corrupción, la burocracia, su avidez de poder, se lo impiden. Se supone que un partido político es un grupo de ciudadanos con un nivel político de vanguardia para guiar a un país, a un destino feliz, útil, decente.
La salida política a esta crisis es estructural, integral y estratégica. Estructural, porque está incrustada en toda la infraestructura y superestructura del país, porque las bases del sistema semi feudal en El Salvador deben estructurarse, con un proceso de cambios en todos sus componentes. Debe haber voluntad política para la búsqueda de una solución política estructural a la crisis. Integral, porque todos los componentes del país y la sociedad entran en crisis y requiere entonces de transformar la realidad política de todos ellos. Estratégica, porque la democracia representativa, expresada en las elecciones y el sistema de partidos políticos, necesita transformarse. Cualquier partido que gane elecciones ofrece a la nación más de lo mismo. Todo se puede lograr a través de la vía de la solución política del diálogo y negociación, con la participación amplia de todos los sectores de la vida nacional y con el apoyo de las Naciones Unidas y la colaboración de países amigos.