Las autoridades de Costa Rica optaron por cerrar el país nuevamente, luego de que su gobierno perdiera el control del la pandemia, suspendiendo las actividades económicas que había sido reanudadas recientemente.
El confinamiento ha sido total, cerrando todos los negocios, a excepción de farmacias y algunos punto de comida a domicilio, lo anterior con el objetivo de frenar el esparcimiento del virus en la nación centroamericana.
Costa Rica ha reportado más de 8 mil personas contagiadas por el virus, y el crecimiento epidemiológico ha crecido con velocidad, amenazando al país con un colapso total en su sistema de salud.