Un sujeto, de 56 años de edad, y su hija, de 35, fueron condenados por el delito de Estafa Agravada, por lo que el Juzgado Primero de Sentencia de San Miguel les impuso la pena mínima de cinco años, pese a que la Unidad de Patrimonio Privado de la Fiscalía General de la República (FGR) demostró con pruebas que ambos eran culpables.
Los imputados, identificados como Víctor Reynaldo Espinoza Lovo y Ana Mercedes Espinoza de Martínez, respectivamente, engañaron a una mujer de 61 años de edad, tras hacerle creer que necesitaba que le “sanearan” su dinero y sus propiedades de “maleficios”, por lo que lograron estafarla con 105 mil dólares.
El padre y la hija, quienes de dedicaban a vender medicina natural, se ganaron la confianza de la víctima, en el año 2014, aplicándole inyecciones y pastillas para sus dolencias de salud, incluso para otros familiares.
Espinoza de Martínez le hizo creer a la sexagenaria que los medicamentos eran recetados por un médico naturista, de nombre Luciano Alvarado, y le facilitó un número de teléfono celular para que se comunicara directamente.
Tras varias conversaciones, el supuesto médico le solicitó un préstamo de 5 mil dólares, bajo la mentira de que le habían secuestrado a su hijo, por lo que la víctima se los facilitó.
Posteriormente, el presunto médico, convenció a la mujer que “le estaban haciendo maleficios” y que se los habían enterrado en sus propiedades, por lo que mercedes Espinoza de Martínez, se los fue a desenterrar.
Esta acción les permitió a los timadores, otra serie de prácticas para “purificarle el dinero y las propiedades” a la víctima, que consistían en esconder debajo de su cama recipientes con diferentes cantidades de dinero, entre mil 500 y 3 mil dólares, que desaparecían.
El convencimiento en el que hicieron caer a la mujer, llegó a al extremo de que hipotecó algunas propiedades e hizo préstamos de dinero que les entregó a los dos imputados, que en total sumaron 105 mil dólares.
Las investigaciones Fiscales determinaron además, que el número telefónico al que la víctima se comunicaba con el supuesto médico estaba a nombre de Mercedes Espinoza de Martínez.