El 11 de julio del 2012 cinco estudiantes del Centro Escolar Centroamérica de Santa Tecla, fueron asesinados por un grupo de pandilleros debido a que se negaron a ingresar a estas estructuras criminales.
Un reclutador de una pandilla, dijo el investigador policial, trató de convencer a los jóvenes de unirse al grupo criminal usando un método usual: ofreciendo una cena, pastel y refrescos. Cuando se resistieron, dijo, fueron asesinados.
Los estudiantes fueron identificados sólo por su primer nombre: Kevin Alexis, de 15 años, Jonathan Alexander, de 16, José Roberto, de 16, Fernando Alexander, de 18, y Jonathan B, de 18.
Los adolescentes fueron vistos por última vez cuando salían de la jornada vespertina del centro escolar Unión Centroamericana, ubicado en un concurrido sector de la ciudad de Santa Tecla, al oeste de la capital.
Los cuerpos, encontrados en el barrio Las Colinas de esa ciudad, presentaban numerosas heridas de arma blanca en sus manos y brazos. Según el director del Instituto de Medicina Legal, José Miguel Fortín, las puñaladas reflejan que los jóvenes se defendieron de sus atacantes, pero que los asesinaron el mismo día que los desaparecieron.