El expresidente del país y ahora prófugo de la justicia salvadoreña, Salvador Sánchez Cerén, admitió que las políticas del FMLN implementadas en sus dos gobiernos sirvieron para golpear el bolsillo de los salvadoreños.
Contrario a lo que prometieron como partido, enriquecieron a sus exfuncionarios al grado de que al término de sus mandatos huyeron del país, mientras que otros ya guardan prisión en espera de una condena.
La mala gestión del FMLN en el gobierno y la Asamblea Legislativa ha convertido al partido en una insignificante oposición política y para colmo de males los actuales 4 diputados se han divido en tres grupos.