Los inmigrantes detenidos en la cárcel “Theo Lacy”, en Orange, California, Estados Unidos, comían carne podrida, que les servían las autoridades del recinto penitenciario, según denunció el creador de la organización “Ángeles de la Frontera”, Enrique Morones.
El Departamento de Seguridad Interna realizó una revisión sorpresiva durante noviembre del año pasado en la cárcel y encontraron anomalías, entre ellas que a los detenidos les servían comida echada a perder, las regaderas estaban repletas de moho, inmigrantes confinados que cometían alguna violación a las reglas de la prisión se les prohibían las vistas durante un día, además los inmigrantes que no tenían récord criminal estaban en las mismas celdas con personas que registraban delitos graves.
“Es importante que los inmigrantes sean tratados con dignidad, tengan papeles o no tengan, es lamentable que tengan que pasar condiciones inhumanas”, apuntó Morones.
La forma ofensiva de tratar a los inmigrantes, ya lo veíamos con Joseph M. Arpaio, agente de policía y alguacil del Condado de Maricopa, Arizona, recordó el activista.
“Ahora vemos que esas prácticas de Arpaio se están expandiendo y claro ejemplo es lo que sucede en la cárcel de Orange, la gente debe saber lo que está pasando”, planteó.
El fundador de Angeles de la Frontera, reveló que se ha convertido en una práctica común que en las cárceles de Estados Unidos, no traten con dignidad a los inmigrantes.
