Igual que muchos conductores, el primer día en que se habilitaron los carriles del SITRAMSS a todos los vehículos particulares, el automovilista de la foto utilizó dicha vía, sin pensar que se generaría una enorme trabazón, que no le permitiría llegar más temprano a su destino.
Ante la desesperación por el denso tráfico, quiso pasarse de listo saltándose los separadores para incorporarse al carril de asfalto, que lucía vacío y que es el habilitado para todos los automotores, pero, como era de esperarse, quedó «atascado» en los «súper sapos».
La mala decisión de este conductor, no solo le costó daños materiales en su vehículo, sino que provocó un mayor congestionamiento para los vehículos que se desplazaban detrás de él.
Pobre hombre. Otros automovilistas tuvieron que ayudarle para bajar su carro de encima de los separadores, a fin de reincorporarlo de nuevo al carril segregado del SITRAMSS y que continuara con su recorrido. Esto le pasó por querer salir como el tipo de la película.