Mark Klugmann, quien fue el asesor del fallecido expresidente de El Salvador, Francisco Flores, se encuentra en la actualidad emprendiendo un proyecto de expropiación de tierras hondureñas donde «tiene autoridad legal para concesionar y autorizar zonas enteras del territorio hondureño a corporaciones que tendrán su propia policía; en las que no aplicará la ley hondureña ni pagarán los impuestos previstos para el resto del territorio», según informa un reporte de El Faro.
Klugmann es conocido como un asesor de Gobiernos derechistas que ha impulsado diferentes medidas como el Plan Mano Dura que implementó el Gobierno de Flores en El Salvador. En la actualidad, se encuentra asesorando al presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, quien ha colocado a Klugmann a la cabeza del Comité para la Adopción de las Mejores Prácticas (CAMP).
El CAMP está compuesto por un grupo de extranjeros liberales, entre ellos el hijo del expresidente estadounidense, Ronald Reagan. Además de tener la capacidad de dar concesiones sin ningún tipo de proceso, también tiene la capacidad de seleccionar una lista de jueces especializados en derecho británico para que puedan gestionar judicialmente el proyecto conocido como Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDES).
Según la investigación hecha por El Faro, el ahora olvidado municipio hondureño de Amapala sería el primero donde se implemente dicho proyecto. Sin embargo, lo pobladores y autoridades municipales han manifestado preocupación ante las expropiaciones de tierra que las empresas inversoras pueden hacer con facultad de ley.
«Entre las facultades de los concesionarios de las Zedes están las de comprar tierras de privados para ser explotadas en el proyecto y, en caso de que estos se nieguen a vender, pueden expropiar», afirma El Faro.
Klugmann en El Salvador
A mediados del 2002, Klugmann fue el centro de una polémica en El Salvador entre el Gobierno de Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) y los partidos de oposición, particularmente con el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), por el estratosférico salario que devengaba como asesor de la empresa estatal encargada de los puertos de ese país.
En esa oportunidad, la fracción legislativa del FMLN reaccionó indignada y pidió explicaciones al Gobierno del presidente Francisco Flores; e incluso su principal líder, Schafick Nadal, calificó el sueldo del asesor internacional como una grosería y antiético.
Los honorarios de Klugmann sólo en la Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma (CEPA) ascendían a más de 24,444.44 dólares mensuales, lo que para los líderes de la oposición era exagerado y bien podía servir para paliar las necesidades de hospitales y escuelas.
El entonces presidente Francisco Flores defendió a capa y espada a su asesor, aduciendo que el pago no era para una sola persona sino para un equipo de personas, lo que no dijo es que el pago era para la compañía de Klugmann.