Un nuevo informe del grupo de derechos humanos Amnistía Internacional (AI) expuso “crímenes de guerra y atrocidades” cometidos durante la caída del gobierno afgano y el retiro de tropas de EE.UU. el pasado agosto.
La organización responsabiliza a los talibanes, que ahora controlan el país, al ejército de EE. UU. y a las fuerzas de seguridad locales, de los ataques que causaron sufrimiento a gran escala a los civiles.
«Los meses previos al colapso del gobierno en Kabul estuvieron marcados por repetidos crímenes de guerra y un incesante derramamiento de sangre cometidos por los talibanes, así como por las muertes causadas por las fuerzas afganas y estadounidenses», aseguró Agnes Callamard, secretaria general de Amnistía Internacional, luego de que la organización publicara un informe que recoge las denuncias.
El reporte indica que a medida que los fundamentalistas recuperaban terreno, capturaban, detenían, torturaban y asesinaban a minorías étnicas y religiosas, antiguos miembros de las fuerzas armadas o a todo aquel que consideraran simpatizante de la Administración depuesta.
«Las casas, los hospitales, las escuelas y las tiendas se convirtieron en escenas de crímenes, muchos murieron y otros resultaron heridos en repetidas ocasiones», agregó Callamard.
Pero los ciudadanos no solo sufrieron por los talibanes y su temida violencia por la que son recordadas sus décadas anteriores al mando del país, sino también por aparentes excesos de las fuerzas armadas de Estados Unidos y Afganistán.
El informe registra cuatro ataques aéreos en los últimos años, en los que murieron un total de 28 civiles, incluidos 15 hombres, cinco mujeres y ocho niños y otras seis personas resultaron heridas.
Según Amnistía Internacional, tres de esos ataques probablemente fueron llevados a cabo por las fuerzas estadounidenses y uno por la Fuerza Aérea afgana.