En 2015, tras los castigos impuestos a los seleccionados nacionales de fútbol que participaron en amaños de partidos, el excapitán de la Selecta, Alfredo Pacheco, dio a conocer que los encargados de arreglar partidos no fueron ellos, sino la Federación Salvadoreña de Fútbol (FESFUT).
«La mayoría de los personajes de la Federación no tiene solvencia moral. Ellos juzgan, critican, han señalado, nos tildaron, nos echaron del fútbol y nos dejaron una marca: sanción de por vida. La gente dice que nosotros somos unas manchas, pero hay una mancha más grande y también tienen que quitarla», aseguró Alfredo Pacheco.
Posteriormente, Pacheco afirmó que sus compañeros no tenían el valor de sacar a la luz todos los actos de corrupción de la FESFUT por miedo a sus federativos, pues son personas «malas y rencorosas», y podrían tomar represalias».
Semanas después de las declaraciones del excapitán y leyenda de El Salvador, Pacheco fue asesinado en una gasolinera ubicada en El Congo, Santa Ana.