Es necesario tener claro que el Sistema de Salud Público es una inversión que no debe tener un carácter político ni ideológico.
Históricamente el gasto público en salud ha sido bajo, y con la pandemia de COVID-19, deberíamos plantearnos como sociedad y de una forma seria las necesidades que tenemos como país.
Escuchamos diputados decir que ha sido un error construir el Hospital El Salvador, el cual ya ha recuperado a más de 1,000 salvadoreños: es decir, más de 1,000 familias que no perdieron a un ser querido.
Antes de la pandemia, en cuanto a camas de cuidados intensivos UCI, el país tenía un déficit de 850 camas. Pasamos de tener 270 camas UCI a 1,000.
La pandemia nos hizo entender que el personal y los medios de salud pública no son suficientes, y es en ese sentido que el sector salud contará con $1,034.3 millones, teniendo un incremento de $276.5 millones en el presupuesto 2021, impulsado por el Gobierno del Presidente Nayib Bukele.
A nivel mundial, son las economías avanzadas las que más invierten en salud. Estados Unidos por ejemplo ocupa el primer lugar, con el 17% del PIB destinado a salud.
¿Acaso nosotros no podemos tener las condiciones dignas que por años se nos negaron?
El gasto sanitario no es un costo, sino una inversión que ayuda a la promoción del empleo, el crecimiento económico incluido y genera sociedades más sanas, seguras y justas.