Tras el aumento del número de infecciones de COVID-19 por un brote en un planta alemana que emplea a una mayoría de trabajadores migrantes, las autoridades aplicaron nuevas medidas de restricción en un distrito del estado occidental de Renania del Norte-Westfalia.
Más de 1,500 personas dieron positivo al test de COVID-19 tras el brote detectado la semana pasada en una planta procesadora de carne de Toennies, en la ciudad de Rheda-Wiedenbruek, donde miles de trabajadores y sus familiares fueron puestos en cuarentena para intentar contener el avance virus.
La compañía acusó a los trabajadores de haber traído el virus, mientras que los representantes gremiales han puesto el ojo sobre las irregulares condiciones de contratación, laborales y de vida de los empleados.