Ante el aumento de los casos de una nueva variante del COVID-19, Alemania entrará en una semana de estricto confinamiento para detener la expansión del virus en el país.
La mayoría de los comercios cerrarán y los oficios religiosos se cancelarán desde primero hasta el cinco de abril, reforzando así las restricciones vigentes en Alemania, anunció, este martes, la canciller Angela Merkel.
Parte importante de esta decisión se tomó debido a que en Alemania consideraron que la situación viven una «nueva pandemia con la propagación de la variante británica la cual es más mortífera y más infecciosa», por lo que sería un grave error sobrecargar el sistema sanitario.
De esta manera, explicó la agencia AFP, la mayoría de los comercios cerrarán, serán prohibidas las reuniones y las comidas al aire libre, y los oficios religiosos se cancelarán en Semana Santa, y se exigirá a los viajeros una prueba negativa de la enfermedad. Merkel dijo que solo las tiendas de alimentación podrán abrir el día tres.