El canciller Olaf Scholz ofreció una rueda de prensa este martes después de reunirse con los presidentes regionales en la que dijo que, aunque no vaya a haber un confinamiento en Navidad, sí se tomarán medidas más drásticas para limitar la expansión de la variante ómicron.
Scholz anunció la prohibición del público en eventos deportivos en Alemania a partir del 28 de diciembre, «en particular los partidos de fútbol», y la limitación a diez personas las reuniones, incluidas las fiestas de Año Nuevo.
«No es el momento de celebrar fiestas y veladas amistosas con mucha gente», dijo el canciller. «El comportamiento responsable de la mayoría de las familias» ha demostrado que en las fiestas «no se aceleran los contagios», sostuvo el canciller, que justificó así la decisión de no aplicar esas medidas de forma inmediata antes de las celebraciones de Nochebuena y Navidad.
Los servicios religiosos esos días tampoco se verán afectados, ya que las nuevas medidas entrarán en vigor el próximo martes, dentro de una semana. Clubes nocturnos y discotecas quedarán cerrados en todo el país y está prohibido todo evento público de baile.
La reunión entre Gobierno federal y los «Länder» se produjo poco después de que el Instituto Robert Koch (RKI) de virología apremiara a reducir de manera inmediata los contactos y evitar los viajes no esenciales. La Comisión Permanente de Vacunación (Stiko), adscrita al RKI, recomendó por su parte la aplicación de la dosis de refuerzo a los tres meses de haber recibido la pauta completa, en lugar de los seis meses que hasta ahora se contemplaban.