De acuerdo con la Asociación Bancaria Salvadoreña (ABANSA), un segundo impago podría provocar en una crisis como la que el país vivió entre 2008 y 2009. Entre los efectos colaterales a la economía salvadoreña destacan alza en las tasas de interés, menos acceso a la inversión e incluso desempleo.
Dirigentes de la gremial bancaria, compartieron con prensa nacional tres vías para evitar otro impago: pacto fiscal, reforma de pensiones y un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Contrario a lo que se ha planteado como soluciones, ABANSA no considera que sea viable la aprobación de más bonos o préstamos para pagar los Certificados de Inversión Previsional (CIP) que se vencerán en julio y octubre, por la dificultad de colocarlos en el mercado a un interés cómodo para el Estado.
La crisis de 2009, estuvo asociada a la crisis financiera mundial, cuando Centroamérica fue golpeada y percibió una reducción de las exportaciones, del turismo y de las remesas. Se registró además una baja de ingresos y en los empleos.
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