Después de promover la destitución de la expresidenta de Brasil, Dilma Rousseff, el expresidente de la Cámara baja, Eduardo Cunha, se ha visto en varios escándalos de corrupción por la petrolera estatal Petrobras.
La detención se dio debido a la posibilidad de una amenaza a la integridad de la investigación y de fuga. También pidieron que se congelen cuentas bancarias en su poder, que suman unos 60 millones de dólares.
En un comunicado, Cunah calificó de absurdo el arresto. Ha refutado todas las acusaciones y ha dicho que se trata de una cacería de brujas por parte del Partido de los Trabajadores, al que pertenece Rousseff. Expresó que “Estoy orgulloso por haber ayudado a que Brasil se librara de uno de los Gobiernos más corruptos que ha tenido”.
El expresidente de la cámara baja enfrenta varias investigaciones y ha sido acusado de aceptar millones de dólares en sobornos para él y otros políticos.
El mes pasado, se le removió de su puesto en el Congreso y se le retiraron las protecciones legales que tenía contra la presentación de cargos, que gozan los funcionarios electos en Brasil.
Por su lado, los analistas políticos de Brasil, consideran que si Cunha llegara a ayudar en las investigaciones, se verían implicados varios funcionarios, lo cual ocasionaría mayores complicaciones en el Gobierno brasileño.