El Salvador puso en marcha el 2 de septiembre la Ley de Fomento a la Inteligencia Artificial y Tecnologías, convirtiéndose en uno de los primeros países del mundo con un marco legal específico para esta área. La normativa busca atraer talento e inversión al ofrecer un entorno flexible y amigable para la innovación.
La recién creada Agencia Nacional de Inteligencia Artificial (ANIA) será el punto único de contacto para trámites y autorizaciones, bajo un modelo de ventanilla única que promete reducir la burocracia y agilizar los procesos. La institución destacó que la legislación está diseñada para acompañar y no castigar a quienes desarrollen nuevas soluciones tecnológicas.
Entre sus principales ventajas, la ley salvadoreña garantiza derechos de propiedad intelectual, habilita espacios de prueba controlada y facilita mecanismos de cumplimiento como la autocertificación. Este esquema, menos restrictivo que el europeo, busca posicionar al país como un destino competitivo en el ecosistema global de la inteligencia artificial.