Marshall J.P., empresario y consultor en ciberseguridad de origen texano, ha encontrado en El Salvador una tierra de oportunidades. A pesar de las críticas sobre el rumbo del país, asegura que lo que muchos ven como «caos», él lo interpreta como una frontera llena de potencial para quienes están dispuestos a crear desde cero.
Con su empresa operando en suelo salvadoreño, Marshall ya genera empleo local y comparte que la calidez de la gente ha sido clave para su decisión de quedarse. Su proyecto turístico en la costa, “Satoshi’s Beach”, es solo el inicio de una visión más amplia que mezcla adopción tecnológica, desarrollo sostenible y conexión comunitaria.
Expresó que El Salvador no es perfecto, pero destaca que el cambio profundo rara vez lo es. Cree que los avances, aunque desordenados, son reales y significativos: familias más seguras, jóvenes con nuevas oportunidades y un país que está despertando tras décadas de oscuridad.
Para Marshall, quedarse en su zona de confort nunca fue una opción. “Los constructores no esperan condiciones ideales, las crean”, afirma. Su mensaje es claro: en El Salvador, aún con sus desafíos, hay espacio para quienes quieren aportar, no solo opinar desde lejos.
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