Como precedente histórico, desde la firma de la paz, no hay otro perfil en el ámbito legislativo tan disciplinado para seguir el guión de una campaña ordenada que el del diputado Guillermo Gallegos.
En su carrera política, el primer acto que le dio notoriedad fue en 2002, cuando debió emplazar a la ex procuradora de Derechos Humanos, Beatrice de Carrillo, que se oponía al ingreso de la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO) a la cárcel de Mariona para rescatar a agentes policiales de la División Antinarcóticos que eran retenidos en una requisa en ese centro penal. Los internos de esa prisión terminaron torturando y luego matando a uno de los perros altamente entrenados para la detección de drogas. Aquello encendió un alto grado de indignación del país y el Gladiador lo entendió bien.
Desde aquella fecha mantuvo una férrea disciplina de mensajes contra los grupos criminales e impulsó una agenda agresiva por crear legislación contra el crimen. No existe antecedente de otro diputado que haya participado en un cuadro tan complejo como la agenda del Gladiador.
Mientras el país se desangra y las extremas han hecho de la polarización un negocio políticamente rentable, el Gladiador ya les marcó la cancha y ya les dijo que él les va a construir los puentes que las extremas están dinamitando todos los días. A los primeros que ha llamado ha sido a los magistrados de la Sala de lo Constitucional.
El Twitter de los voceros de la extremas y de las mismas cuentas institucionales es el mejor reflejo de las expresiones de descalificación de unos contra otros. El Gladiador lo entiende muy bien. “El país tiene tres problemas serios”, dice y “la inseguridad, la pobreza y la polarización y ahora que llegue como presidente del primer órgano del estado, me voy a enfocar en resolver el último de estos y contribuir a mejorar en los otros dos”.
El primer mensaje del Gladiador ha sido precisamente en ese sentido, hacia la Sala de lo Constitucional, a esa misma sala a la que los ex presidentes Sigfrido Reyes y Lorena Peña se han encargado de recordarle casi a diario a su progenitora durante el tiempo que duraron en el cargo.
Ahora los ojos se centrarán en el futuro político del Gladiador.