¿Votar o no votar?

Por Redacción UH

Ser o no ser, una frase que escribió Shakespeare en la obra Hamlet, en donde curiosamente pareciera que sufrimos lo mismo, a saber: “¿Quién podría tolerar tanta opresión, sudando, gimiendo bajo el peso de una vida molesta si no fuese que el temor de que existe alguna cosa más allá de la Muerte (aquel país desconocido de cuyos límites ningún caminante torna) nos embaraza en dudas y nos hace sufrir los males que nos cercan; antes que ir a buscar otros de que no tenemos seguro conocimiento?”.

¿Votar o no votar? El 4 de marzo del 2018 los salvadoreños estaremos de fiesta electoral; sí, de fiesta a la cual no asistirán todos, aunque tengan el pase a magistral evento (DUI); en esa fiesta está incluido café con pan a buena mañana, vigilantes truchos con sus chalecos partidarios tratando de convencer sigilosamente a los que no van decididos por quién votar; además, incluye celebraciones en cada cede partidaria luego de saber los resultados, batucadas, mujeres con trajes ajustados, etc. En El Salvador se acostumbra que solo la mitad de los empadronados votan.

A esa fiesta electoral no todos quieren asistir, a pesar de aparecer en el padrón electoral y la urna la tengan a una cuadra de su casa. El abstencionismo para las próximas elecciones es latente. Y, para hacer más grave la situación, algunos piensan ir a votar pero anularán su voto. Capaz se la comen como el artista que se roba el show.

La última encuesta publicada por el Centro de Investigación de la Opinión Pública CIOPS de la Universidad Tecnológica de El Salvador manifiesta: el 70.1% no desea que el FMLN no siga gobernando el país; el 69.4% considera que la economía del país es mala. Se le suma también la inseguridad, en donde el 61.9% manifestó que la delincuencia ha aumentado. Un punto importante de analizar y quizá tenga que ver más con la realidad nacional es sobre las migraciones de compatriotas, el 66% de personas emigran por falta de empleo. En otras encuestas, el pueblo dice que no quiere que ARENA vuelva al poder. Dura realidad que no se pueda tapar con un dedo.

Es dramático lo anterior, esa es la realidad del porqué muchos no ejercen el sufragio. No creen que los problemas se resuelvan tan fácilmente. Los jóvenes que se han encaminado a la vida política están haciendo esfuerzos por convencer al electorado; sin embargo, el pueblo manifiesta que son más de lo mismo y, no importa el color político al que representen, más si son de ARENA o el FMLN.

Institutos políticos que han dejado mal sabor de boca con sus acciones. Es una lástima que el Tribunal Supremo Electoral convoque a elecciones y el pueblo hace caso omiso. Los otros partidos políticos obtienen su raja de electores.

El pueblo lo que quiere es trabajo, seguridad, calidad de educación, hospitales con equipo que funcione y medicinas; funcionarios practicando austeridad; que los diputados, suplentes y asesores dejen de gastar el erario del pueblo (Son contados con los dedos de las manos los que gastan lo justo y necesario); además, el pueblo quiere un órgano judicial competente; a un órgano ejecutivo que deje de despilfarrar el presupuesto en publicidad y viajes innecesarios, etc.

Son tantas discordias o enojos por los que muchos ciudadanos prefieren mejor quedarse en casa o ir a la playa en el día “D” o día de las elecciones para concejos municipales y diputaciones. Las encuestas de universidades y casas encuestadoras lo corroboran. En una ocasión el líder fundador de ARENA Roberto d’Aubuisson, manifestó “El arma más poderosa de los hombres libres es el voto”. Esas frases ya no calan.

¿Votar o no votar? Un gran dilema para la población salvadoreña. Una disyuntiva que pone a reflexionar a los funcionarios, políticos, al Gobierno, a todos. No es fácil darle atol con el dedo a una ciudadanía que está cansada de un marketing político bien disfrazado de promesas y promesas. Se escucha un pregonar de campaña política adelantada, el pueblo nada más observa el show de cada candidato para poder captar adeptos. Creo que mejor nos vamos a ver a Hamlet.

 

Fidel López Eguizábal

Catedrático Universidad Francisco Gavidia

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