Violencia e inseguridad continúan amedrentando al sector agro

Por Redacción UH

La inseguridad y la violencia continúan enlutando a las familias salvadoreñas. Un cafetalero, un jornalero, un comerciante y un ganadero  fueron asesinados en San Miguel; estos casos son solo algunos de los que han alertado al sector agro que demanda acciones contundentes para el cese de estos atentados.

El cafetalero identificado como Élmer Alexander Amaya, de 28 años, fue lesionado de dos disparos en la espalda en el caserío El Tablón, en el cantón Agua Zarca, en Osicala, Morazán. Se ha conocido que la víctima era socio de la Asociación Cooperativa de Producción Agropecuaria, ubicada en El Tablón, que según las autoridades, cultiva y produce café.

En el segundo caso es el cuerpo de Rolando Amaya Villalobos, de 23 años, un jornalero, que según familiares, desapareció el pasado viernes, fue encontrado atado de manos y con lesiones en la cabeza producidas por arma de fuego.

En horas de la madrugada del domingo fue reportado a la policía el homicidio de Jaime Alonzo Humanzor, de 50 años, quien se dedicaba a la venta de productos lácteos.

Además,  ese mismo día fue reportado el homicidio de un ganadero que salía de su casa en la calle Las Américas, en la colonia Campos, de San Miguel. A estos hechos, se suma el  asesinato de un hombre la tarde de este jueves, cuando realizaba labores agrícolas en el cantón La Puerta de San Miguel.

Ante esta situación, la diputada Mayteé Iraheta,  además de expresar  su preocupación por la inseguridad que además de afectar a la población, golpea al sector productivo, uno de los más importantes para la economía salvadoreña reiteró en la propuesta de  relanzar la Policía Rural

A su juicio esta es una respuesta a la situación de violencia  e inseguridad que viven productores y pobladores de las zonas rurales del país y que incluso ya ha dejado cuantiosas pérdidas y desempleo.

En el occidente, está situación no es ajena y  legisladora ha mencionado casos como el del municipio de Caluco, donde incluso se originó un éxodo de familias por la situación de inseguridad mientras que  en Izalco y Nahuizalco se ha registrado el asesinato de pequeños productores.