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Por Redacción UH

La decisión de Nayib por Geovani Galeas

Dos factores estuvieron a punto de provocar que Nayib Bukele se retirara de la vida política, a pesar de ser sobradamente el líder más popular en el país: por un lado, la implacable campaña desprestigio desplegada en su contra por los sectores más poderosos de la derecha tradicional; por otro lado, la deriva de su propio partido, el FMLN, hacia el sostenimiento de medidas neoliberales de claro impacto antipopular.

En el primer caso, al tomar conciencia de la imbatibilidad de Nayib en el terreno de la competencia electoral, que se evidenció durante su primera contienda por la alcaldía capitalina, los señores del gran capital, que controlan el trinomio Arena-Anep-Fusades, tomaron la decisión de destruir ese liderazgo emergente por todos los medios posibles y sin escatimar dinero y poder de influencia incluso en algunas instituciones del Estado.

El carácter implacable de esa decisión fue expresado con toda claridad cuando uno de los propagandistas del poder fáctico, Paolo Luers, llamó desde El Diario de Hoy a “hacer todo lo que haya que hacer para que Nayib Bukele no gane”. Y la realidad ha demostrado con creces que en esa decisión, y con descarada redundancia, TODO quería decir efectivamente TODO.

En el segundo caso, y debido principalmente a la falta de una correlación de fuerza favorable respecto a la derecha, lo cual se expresa en la Asamblea Legislativa y en el predominio en algunas instituciones claves del Estado, el FMLN no ha podido cambiar en lo sustantivo el modelo neoliberal implementado por Arena desde 1989.

Esta debilidad a obligado a los gobiernos de izquierda a tomar algunas decisiones que afectan a la clase media y a los pobres, al tiempo que favorecen a los poderosos. Estamos hablando, por ejemplo, de recortes en los programas de subsidios y de una política fiscal regresiva que, en lugar de castigar la elusión y la evasión de las grandes empresas, obliga a pagar más a quienes tienen menos.

Perfectamente consciente del costo político a pagar, Nayib Bukele ha denunciado con vigor y de manera abierta y sistemática esta grave falencia de su partido, sin que ninguno de los dirigentes altos o medios del FMLN lo acompañe en esa crítica legítima y necesaria. Antes bien, en algunas coyunturas se ha percibido que además de tener que enfrentar el incesante ataque de sus enemigos, ha tenido que lidiar además con el llamado “fuego amigo”.  

La tensión entre Nayib y el FMLN ha generado muchas especulaciones, pero el problema es político y se resuelve políticamente al aclarar el orden de las preferencias. Lo que Nayib crítica del frente no es su compromiso progresista sino precisamente lo contrario, su aproximación en algunos puntos muy sensibles al programa neoliberal arenero. Esto explica la siguiente frase pronunciada por Nayib recientemente en un acto oficial del FMLN: “Mi partido está mal en algunos aspectos, pero es cien mil millones de veces mejor que Arena”.  

Sin embargo, Nayib Bukele ha persistido en su crítica de lo que él ha llamado “política sucia”, misma que en resumidas cuentas está determinada por su orientación antipopular. Y aquí en este mismo espacio editorial hemos sostenido que esa crítica ya perfila de manera nítida un programa político de regeneración sustantiva de la democracia en nuestro país. En este punto reside a nuestro juicio la diferencia entre Nayib y el resto de la clase política. Es esto lo que explica sus números incontestables.

En suma, el extraordinario nivel de aceptación que a favor del alcalde capitalino reflejan todas las encuestas, sin excepción, es sin duda una manifiesta adhesión mayoritaria a ese programa político. Pero esto mismo deja en claro que los dos factores que hasta ahora habían problematizado la decisión de Nayib Bukele, en el sentido de correr por su reelección, han sido superados por la vía de ese evidente respaldo popular.     

Nayib Bukele anunció por fin, la noche el pasado domingo, su decisión de competir por su reelección. Lo hizo desde la intimidad de su hogar por medio de su cuenta de facebook. Pocas horas despues, a las 8 de la mañana del lunes, esa cuenta reportaba 452 mil vistas, 54 mil likes, 11 mil 600 comentarios y 7 mil shares… Vaya poder de convocatoria personal sin necesitar en absoluto de los grandes medios de comunicacion.