Christian Guevara:»La UCA también se equivoca»

Por Redacción UH

Hay que decirlo sin miedo, sin creer que uno es tonto por llevarles la contraria a personas que han aportado tanto al país como los Jesuitas. Pero como también son humanos, pueden equivocarse perfectamente, como todos. Un ejemplo, hace más de 10 años decían esto sobre el hoy ex presidente prófugo Mauricio Funes en uno de sus editoriales:

«La figura de Mauricio (Funes), con todo su historial de racionalidad crítica, de trayectoria en favor de la democracia y de independencia personal ante los poderes clásicos salvadoreños, logró esa coincidencia entre los sectores».

Esta frase es de su editorial del 4 de abril de 2009, llamado «La Victoria de Mauricio Funes», durante la euforia del primer gane del FMLN. Porque no podemos negar que, sí aun perduran esos paradigmas desfasados de izquierda o derecha, la UCA se identifica a sí misma como doctrina social y a veces eso se encasilla a la izquierda.

El tiempo demostró que Mauricio Funes no ejerció la racionalidad crítica sino el saqueo de las arcas del Estado y mucho menos tuvo independencia personal ante los poderes clásicos. En realidad, la gente que estuvo cercana a él durante su gobierno han sido de los personajes más nefastos en la política reciente del país.

Y la única coincidencia entre sectores que logró Mauricio Funes después es que la gran mayoría de salvadoreños opinamos que el primer gobierno del FMLN es un monumento a la corrupción y que Funes, uno de los alumnos predilectos de la UCA (aunque no se graduó nunca), es un fiasco de primer nivel.

Yo estudié desde pequeño con los jesuitas, mi colegio y en las dos universidades que estuve. Mi alma mater es la UCA y conozco sus grandes virtudes, pero también sus grandes problemas. La UCA es reacia al cambio de tiempos, le da miedo el cambio simplemente porque no lo entiende. Vuelvo y lo repito: lo digo porque lo viví adentro.

Toda su vida la UCA ha criticado a la empresa privada. En otro editorial llamado «Estrategias Partidarias» del 18 de octubre del 2013, describe a la perfección la estrategia de ARENA y sus financistas: «Arena, desde que está en la oposición, se ha caracterizado por ser un partido más reactivo que propositivo. De hecho, la principal oposición al Gobierno de Funes la ha ejercido la gran empresa privada».

¿Porqué cree la UCA que hoy esto ha cambiado? ¿Porqué cree la UCA que ARENA, especialmente hoy en la desesperación de verse relegada a un tercer lugar, no va a radicalizar más esa táctica?. Y es que a la UCA le cuesta entender que un presidente tenga un respaldo casi total de la población y que eso por fuerza equivale a una dictadura.

Hoy, sin darse cuenta, la UCA cumplió cándidamente el papel de los poderes económicos. Estoy seguro que lo hizo sin ninguna mala voluntad, creyendo que era lo mejor para el país. No lo dudo, como no dudo que le tomaron el pelo. Y como no dudo, que en unos días, al final de esta coyuntura, se darán cuenta que se equivocaron al renunciar tan prematuramente en este proceso. Yo los invitaría a decir que se equivocaron y que es importante que regresen. Necesitamos su aporte.

Porque en un comité tan cargado políticamente donde todas las instituciones vinculadas son satélites de un partido político, la UCA cayó ingenuamente es ser utilizada como la cara de contrapeso. Para que ese comité pareciera imparcial. Pero no lo es, porque era parte de la estrategia de oposición radical del poder económico.

En salvadoreño, la UCA se comió el dulce sin preguntar.

Soy fiel creyente de los jesuitas, ellos me educaron, y quiero que ellos eduquen a mis hijos por una razón: por la capacidad de crítica que enseñan.

Tal vez la UCA debería escuchar más al mártir Rutilio Grande, y no siempre sólo a Ignacio Ellacuría: «Mucho se habla, la boca se llena de ‘democracia’. El poder del pueblo es el poder de una minoría, no del pueblo! ¡No nos engañemos! Las estadísticas de nuestro pequeño país son pavorosas a nivel de salud, a nivel de cultura, a nivel de criminalidad, a nivel de subsistencia de las mayorías, a nivel de tenencia de la tierra».

Ese poder aún reside en un minoría llamada diputados, que son los portavoces y embajadores de una pequeñísima argolla de poder económico, y las estadísticas de las que habla el padre Grande no son responsabilidad de este gobierno, sino de los nuevos defendidos de la UCA.

Los jesuitas me enseñaron esa capacidad de crítica y hoy la ejerzo. No tengan miedo de decir que la UCA también se equivoca.