Por Redacción UH

El alcalde de San Salvador, Nayib Bukele, es exitoso porque su gestión va a la inversa de cómo gobierna el país el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), el partido con el que ganó la capital en 2015, asegura el analista político Geovani Galeas.

El especialista contrastó dos realidades diferentes -una positiva y otra negativa- enmarcadas dentro de un mismo instituto político. «¿Por qué Nayib tiene 70 puntos de aceptación y el FMLN está reprobado, según muchas encuestas?», cuestionó Galeas.

Galeas se preguntó porqué el edil capitalino se reunió ayer en España en una cumbre de alcaldes del mundo y fue destacado como un funcionario local emblema para América Latina, y por otro lado, el Gobierno del FMLN se declara en impago y se desgasta cada día más al estar inmerso en una crisis de finanzas públicas.

Para el analista la respuesta la dan la coherencia entre el discurso y la acción del lado de Bukele, y el sinsentido ideológico por parte de la cúpula efemelenista. Todo se traduce en su historia política como gobernantes.

Galeas estableció dos factores interrelacionados que definen a un gobierno de izquierda, el primero es su política social orientada a la inversión en los pobres y necesitados, y la segunda, en su política fiscal progresiva, donde «pagan más los que más tienen y pagan menos los que menos tienen». Según el analista, es en este momento donde se ciñe una diferencia entre el alcalde Bukele y el FMLN.

“El FMLN en sus dos gobiernos, en lo que va de este gobierno y el anterior, no tocó en lo sustantivos esos factores (social y fiscal), que son elementos que puso ARENA desde 1989. Sobre todo el de la política fiscal, es exactamente la misma de ARENA. No la movió, sino que la movió al contrario, es decir, más impuestos. No tapó la elusión y la evasión, no ha hecho ningún movimiento al respecto, y no alivió la carga fiscal de los más pobres, sino que elevó los impuestos, pero no así los impuestos que tenían que pagar los ricos. En ese caso es una política fiscal regresiva que golpea al que menos tiene”, explicó Galeas.

Al mismo tiempo, de acuerdo al analista, el carácter regresivo de los impuestos provoca una recaudación fiscal mínima porque los más pobres no tienen la capacidad de pagarlos, y desencadena que el Ejecutivo no puede implementar su política social, subsidios, programas sociales, por no poseer los suficientes ingresos.

Es decir, que el FMLN ha golpeado a la población con más impuestos y con recortes de prestaciones al agua, a la energía eléctrica, al gas propano. “Esto golpea a los más pobres y a la clase media, ahí es dónde están los votos. Los votos están en la clase media y en los pobres. El FMLN al no tocar esos dos puntos, no benefició de manera directa a los votantes”, indicó Galeas.

Al contrario, está Bukele. “La gestión de Nayib va en sentido inverso (a la del FMLN) y eso, el ir en sentido inverso, es quitarle impuestos a la gente. Suprimió el impuesto para un gran número de habitantes de la capital que estaban en vulnerabilidad, alrededor de 8 mil familias. No cobró más por iluminar más, por el contrario, iluminó más y cobró menos”, señaló el especialista.

Asimismo, Galeas destacó el hecho que el jefe edilicio ha unido su palabra con obras y ha recriminado públicamente al Gobierno sus medidas de reducción de subsidios y la continuidad a la metodología fiscal regresiva.

Finalmente, la adoración incondicional del FMLN a la Venezuela en crisis de Nicolás Maduro y, a la vez, los desplantes a los Estados Unidos, país donde viven más de dos millones de salvadoreños y lugar donde provienen las remesas que sostienen la economía nacional, abona más a la mala imagen del partido oficial.

Mientras, Bukele viaja a la comunidad europea, se codea con grandes estadistas y con naciones prósperas, países que sos fuente de préstamos, donaciones y ayudas para lo salvadoreños que lo necesitan, sostuvo Galeas.

«Al poner la acción política al servicio de la clase media y de los pobres, eso es lo que explica los números altos de Nayib, y el factor contrario es lo que explica los números del FMLN, bajos», concluyó.